Thursday, September 27, 2007

De Jesús Rodríguez Olveda

Es indignante que la Facultad de Filosofía y Letras pase por esos momentos. Compartí con Víctor los años de universidad, aquellos eran buenos tiempos. Se de su capacidad intelectual, de su integridad moral y de su compromiso con la academia.

Al igual que Vidal, Gaby, Mario, Efrén, Genaro y Alejandra, amigos todos ellos, me solidarizo con mi amigo Víctor y externo mi repudio hacia una Facultad de Filosofía Letras corrompida, en donde reina el autoritarismo y la academia ya no existe.

Año tras año hemos visto como se han alejado excelentes maestros, académicos e investigadores reconocidos por sus meritos a nivel nacional e internacional. Muchos de ellos surgidos de la FFYL (NUESTRA FACULTAD).

Todos los colegios de la FFYL han sufrido la pérdida de excelentes maestros. El caso de Víctor no es un caso aislado, forma parte de una cadena que cada día se hace más y más larga y que por la cercanía con el, hoy nos hace tomar conciencia.

Las instituciones sufren actualmente un proceso de cambio, en donde las viejas figuras de poder se sienten amenazadas por las nuevas generaciones, más preparadas y con un mayor compromiso social. Cada que sucede una injusticia como la que Víctor está sufriendo, nos afectan a todos, a toda la comunidad cultural y académica. Ya es hora de que la rectoría ponga una alto a estas injusticias. Sigamos expresnadonos

Wednesday, September 26, 2007

De Vidal Medina

La causa es de todos

Cuando me enteré de lo que le hicieron a Víctor lo primero que me vino a la mente fue solidarizarme con su causa, porque es, de alguna manera, la causa de todos.

No sólo no es la primera vez que en la Universidad Autónoma de Nuevo León ocurren esta clase de intransigencias; la misma escena se repite en otras facultades, como la de Artes Escénicas, donde a algunos de sus mejores maestros los han despedido sin darles ni las gracias: Dardo Aguirre, Marcos Barbosa, por mencionar algunos y esto cuando Rogelio Villarreal era director o al menos mandaba desde fuera al director en turno, ahora es secretario de Extensión y Cultura.

Yo no estudié en FFyL, pero si soy exalumno universitario y creo que, por el bien de nuestra máxima casa de estudios, tenemos el deber de poner sobre la mesa pública este tipo de irregularidades que afectan al grueso de la población regiomontana. La enseñanza de calidad no debería estar sujeta a criterios administrativos o políticos, sino puramente académicos, a menos que quieran ahogar de manera determinante la creación de ideas, de investigadores e imaginarios nuevos.
Los actuales directivos de la UANL parecen ir en contra de lo que plantea toda educación “Universitaria”, es decir, permitir el debate de ideas, exigir un alto nivel académico y formar investigadores.
La Universidad se ha convertido en el patio trasero de una mafia poderosa a quienes lo que menos interesa es la educación de calidad. Sólo un ejemplo: El programa académico de la Fac. de Artes Escénicas da pena, no tiene ni siquiera una sola materia en investigación teatral, no hay investigadores, salvo Elvira Popova. Tampoco hay una cátedra en el área de dramaturgia. El nivel educativo está por los suelos o en debacle, solo basta comparar, (aunque las comparaciones son odiosas) los programas de las Facultades de Teatro de la Universidad de Jalapa y la UNAM, para darnos cuenta.

La universidad no nos está preparando como debería, yo no se si esta incapacidad sea únicamente en el área de humanidades, pero estoy seguro que se debe, entre otras cosas, a los directivos, a su incapacidad, ignorancia o simplemente a sus intereses personales, que ponen por encima de los intereses de la misma Universidad. Este tipo de actos, como el cometido en contra de Víctor Barrera, lesionan la credibilidad en nuestra máxima casa de estudios.

Yo por eso estoy de acuerdo en que hablen los que toman las decisiones, que aclaren sus babosadas, que le rindan cuentas a la comunidad.
¿Por qué correr a los mejores maestros e investigadores parece ser uno de los lineamientos de la actual Administración de la UANL?
No sólo se han dedicado a sacar de sus aulas a los mejores académicos, sino también a menospreciar el debate de ideas, ejem: en todas las presentaciones de libros del Centro Cultural Universitario, que dirige Rogelio Villarreal, al término de las lecturas han desaparecido, por decreto, las sesiones de preguntas y respuestas, es decir, el diálogo, el intercambio de ideas. Parece que los dirigentes de la Universidad sólo creen en las decisiones unilaterales y la intransigencia. Hay que cuestionarlos, en eso estoy de acuerdo con Efrén, en el marco del Forum Universal de las Culturas, a propósito de la promoción de los Diálogos, para poner en evidencia su ineptitud, su baja calaña.

De Gaby Cantu

A la opinión pública,

Los alumnos del primer semestre del Posgrado de Ciencias con Especialidad en Lengua y Literatura de la Universidad Autónoma de Nuevo León estamos comprometidos a tomar tres clases este periodo (agosto-diciembre). "Perspectivas teóricas de la literatura en la actualidad" es una de ellas, y era impartida por el Dr. Víctor Barrera Enderle hasta hace unos días. Sí, habló de compromiso, el alumno se compromete, el maestro se compromete, la Universidad se COMPROMETE o debiera comprometerse, a dar todo por el crecimiento del alumno, por su formación que tarde o temprano dará frutos en la sociedad. Pero los acontecimientos ocurridos en torno a la cátedra de Víctor ponen en evidencia que la Universidad, o al menos la Facultad de Filosofía y Letras y sus directivos, atienden "asuntos administrativos" con tanta insistencia que dejan de lado su primera razón de ser: la formación de profesionales.

Comentarios
gabycantuw@yahoo.com

Tuesday, September 25, 2007

De Mario Cantu Toscano

De Mario Cantú Toscano

Como bien señala Genaro Saúl Reyes, hay una asombrosa coincidencia entre lo que sucedió hace 10 años (lo que algunos conocemos como “El Duartazo”) y la denigrante situación que padece Víctor Barrera Enderle. Hace diez años, cuando estaba recién graduado de la facultad, yo presumía de la calidad de los maestros que me habían instruido: Genaro Saúl Reyes, Agustín García Gil, Libertad González, Edna Navarro, Irela Garza, José Luis Martínez Canizales, Carlos Arredondo y Coral Aguirre.
Hace 10 años, la maestra Érika del Ángel iba a dar su clase, también a mitad del semestre, cuando el prefecto le informa que en el salón ya se encontraba la maestra que la iba a sustituir: Rosa María Gutiérrez (otra coincidencia), y además se le avisó que estaba siendo sustituida, pero no se le avisaron los motivos. La inconformidad de alumnos y maestros se hizo patente, luego hubo una represión por parte del director y aquello devino en la renuncia de maestros y la petición de cambio de facultad que hicieron muchos investigadores, a los cuales cita en su mayoría Efrén Sandoval.
Desde ahí, la Facultad de Filosofía y Letras ha ido bajando su calidad académica en caída libre. De los maestros que cité, ahora sólo quedan Coral Aguirre y José Luis Martínez dando clases en la licenciatura. Esto se hubiera balanceado si, a la salida de ellos, hubieran entrado otros tantos de la misma calidad, cosa que nunca ocurrió. Y sólo se quedaban o se invitaba a dar clase a aquellos que juraban lealtad al régimen, como si se tratara de una dictadura, al más puro estilo del priismo de Alfonso Martínez Domínguez, como si la facultad fuera una subsidiaria de la CTM o la CROC. Y entonces no importaba (y por lo visto no importa a hora) la calidad educativa ni el mérito académico.
Por cuestiones de “calidad” en la educación, a los maestros se les exigió que tuvieran postgrado. ¿Y qué fue lo que hicieron? Sacaron sus postgrados on line en la Universidad de Zacatecas, que es lo mismo que obtenerlos al abrir una caja de Zucaritas. ¿Éstos son investigadores?
Harían falta páginas y páginas para analizar todos los casos de esa facultad, pero vamos a centrarnos en el de Víctor Barrera.
Víctor Barrera Enderle: Egresado de la licenciatura en Letras Españolas obteniendo el Premio al Saber de la UANL. Maestría y doctorado en Crítica Literaria por la Universidad de Chile. Publicaciones: cuatro libros de ensayos más numerosos artículos en México y Sudamérica. Premio Nacional de Ensayo “Alfonso Reyes”. Jurado de la categoría de ensayo en el Premio Casa de las Américas (Cuba). Director de la revista Armas y Letras, de gran tradición en la universidad.
Es sustituido por…
Rosa María Gutiérrez: Egresada de la licenciatura en Letras Españolas. Doctorado on line en la Universidad de Zacatecas. Publicaciones: una antología de “teatro de género” donde nunca se define lo que es género, y donde además, salvo dos integrantes, los antologados son dramaturgos mediocres y totalmente desconocidos (amén de explicar que ella los conoce porque son sus amigos). Premios, reconocimientos, distinciones: ninguno.
Y por si fuera poco, la maestra sustituta no es capaz de elaborar su propio plan de estudios, por lo que usa el de Barrera Enderle. ¿Así o más claro? ¿Hay alguna seriedad en esa facultad, en la universidad? La facultad tenía cierta credibilidad por gente como Víctor Barrera, pero prefieren quitarlo por “razones administrativas”. ¿Y los motivos académicos no cuentan? Ya echaron a perder la licenciatura (pese a los esfuerzos y buenas intenciones de Dolores Hernández, como bien señala Genaro Saúl) y ahora empuercan el postgrado con estas acciones.
La UANL no puede acceder a estándares internacionales de calidad porque tiene facultades “lastre”, las cuales han fallado en la pruebas de calidad no sólo al interior de la universidad sino de organismos como la ANUIES (Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Educación Superior). Y una de éstas es la Facultad de Filosofía y Letras. Pocos maestros, como Víctor Barrera, son los que suben en promedio, ¿y así les pagan?
Pobre facultad. Pobre universidad. Yo sigo insistiendo en que estoy orgulloso de los maestros que tuve, pero no puedo sentirme orgulloso de haber egresado de una institución que no aprecia la Academia, que le da la espalda a sus buenos maestros y que ningunea al alumnado.

para postear aqui

Escriban a ximenaperedo@yahoo.com.mx quienes estén interesados en postear y yo los autorizo -se oye medio mamila, pero así es este rollo del blog-, tan pronto como me sea posible.

CrOnica de una mala noticia (de alguna forma siempre esperada en la FFyL)

Este blog esta siendo creado para reunir todos los documentos que se han producido a partir de la injustificable cancelación de la cátedra de Víctor Barrera Enderle, quien hasta el 19 de Septiembre pasado impartía la materia "Perspectivas teóricas de la Literatura en la actualidad" en el posgrado de la Facultad de Filosofía y Letras. Las muestras de afecto y solidaridad han sido inmediatas para con Víctor pero merece la pena subrayar que detrás de estas manifestaciones hay también una denuncia por la larga agonía que viene padeciendo la Facultad de Filosofia y Letras. A continuación los documentos que expresan mucho mejor estas denuncias.

De Efren Sandoval

A Víctor mi solidaridad como amigo y como compañero. A todos un llamado a pasar de los rumores, de los malhumores y las decepciones a las acciones. (Para el que no sepa, la cátedra de Víctor Barrera fue suspendida a medio semestre por cuestiones 'presupuestales', para darle entrada a una profesora esquirlo, de nombre Rosa Ma. Gutiérrez, profesora de tiempo completo. La trayectoria de Víctor, aún y con su corta edad, es un ejemplo más del predominio del compadrazgo sobre la academia.).
La generación que hoy gobierna en la facultad tiene un mismo origen: el normalismo, esa lacra que hoy mantiene la educación de este país en la vergüenza y que participa activamente de la inmoralidad de la política “democrática” nacional. Esa generación no se creó en el ambiente de la academia, jamás se encontró con la oportunidad ni la necesidad de escribir un artículo científico, de hacer investigación, de actualizarse, de hacer un doctorado. Simplemente supo ganar espacios mediante relaciones de compadrazgo. Esa generación mira con recelo a todo aquel que amenace intelectualmente su pobre saber. Por ello, muchos o casi todos los intelectuales, académicos y humanistas destacados o un poco destacados que hay en la ciudad, están fuera de la facultad. Por ello gente como Mario Cerutti, Verónica Sieglin, María de los Ángeles Pozas, Esthela Gutierrez o Víctor Zúñiga (y ahora Víctor Barrera) trabajan en otros espacios y no dentro de la FFYL. Y hay otros (Tere Celestino, Ma. Elena Tovar, Lylia Palacios, y muchos otros que están fuera por razones no sólo económicas sino también políticas). En cambio, se abre el espacio a aquellos estudiantes que limosnean los puestos, y una vez que egresan, se convierten en flamantes profesores, sin que se les pida otra cosa que ser el perrito fiel.

Esa generación de normalistas, se impresionó al descubrir que podían pasar de los libros de textos a los libros académicos, literarios, científicos. Se impresionó al descubrir que sabía un poco más que sus estudiantes. Se acomodó en el lugar del maestro que cree que sabe mucho porque sabe más que los niños a los cuales instruye. Esa generación se ha topado con el síndrome del moreno que se blanquea, del indio que se hace mestizo o criollo y que pierde la capacidad de reconocerse igual a otros, que da su vida por resguardar un falso poder. De ahí el odio y temor hacia cualquiera que sea verdaderamente académico, científico o humanista.

A pesar de todos sus problemas, Filosofía y Letras nos dejó la capacidad, creo yo, de sentirnos parte de una comunidad aunque institucionalmente ya no pertenezcamos a ella. Debemos aprovechar tal sentimiento para actuar. La realidad de la facultad es una prueba más de que los discursos de la diversidad y la realización de macro eventos culturales son ideas y acciones vacías. Se me ocurre que en el contexto del Fórum, una crisis en la Facultad de Filosofía y Letras de la universidad de la ciudad o el estado sede del Forum, podría llamar poderosamente la atención.

Quienes hoy gobiernan la Facultad y aún las autoridades de la UANL, aprovechan que aquella es casi imperceptible, que a casi nadie le importa lo que ahí pase . Creo que a nosotros nos toca mostrar por qué es importante lo que ahí pase. Propongo pasar el bote, juntar dinero y pagar inserciones en los periódicos, en donde hagamos público nuestro malestar. En donde saquemos a la Facultad de la obscuridad, en donde hagamos que la miren. No estoy pensando tanto en El Norte, que aunque muy malo al menos sirve para impactar, sino en otros medios nacionales y tal vez, recurrir a comunicadores como Carmen Aristegui para hacer ruido ¿qué pensarían los medios que cubren las notas del Fórum sobre una crisis en FFYL?. La idea es hacer que le de pena a las autoridades de la Facultad, que tengan que dar la cara, que tengan que inventar escusas y con ello evidenciar su mediocridad. Otra idea sería pagar inserciones en revistas intelectuales y académicas.

Lo anterior ameritaría la participación de varios para armar un texto. Un texto con nombres y apellidos. Vámonos poniendo de acuerdo. El que quiera entrarle responda a este mensaje.

De Ale Saucedo

Siempre creí que el colegio en el que estuve por más de 4 años (Historia) era el más desgastado de FFyL, hoy sé que toda la facultad se deshace.

Por cuestiones políticas e injustas se corrió al maestro Víctor Barrera Enderle.



Se prefiere la mediocridad frente a la formación de humanistas, catedrátic@s, promotor@s culturales, escritor@s, investigador@s, etc. Se ha optado por reducir al máximo la planta de maestros y maestras capacitados para impartir con calidad las materias. Además se contrata a alumnos y alumnas recién egresados (y no es que esté mal que mis compañeros y compañeras tengan empleo, sino lo que implica que no se ponga atención en el crecimiento individual académico de las personas que impartirán una clase, y lo peor, los que las recibirán!).



No digo más y espero que se levanten más voces en contra de lo sucedido con Víctor Barrera.



.alejandra.

De Beto Barrera

Les reenvío este texto escrito por el Mtro. Genaro Saúl Reyes no sólo porque el afectado en este caso ha sido mi hermano sino porque es ya increíble lo que pasa en la Facultad de Filosofía y Letras de la UANL. La mediocridad -que reconozco siempre ha imperado en ella- se ha agravado hasta extremos alarmantes. La carencia de investigadores la está llevando a su ruina.
Una universidad que no cumple con su compromiso de crear conocimientos que beneficien a la sociedad no sirve para nada y sólo basta que conozcamos la planta de maestros de los colegios que integran esa facultad para que nos enteremos de cosas inadmisibles.
El caso que mejor conozco es el del Colegio de Historia, del que yo mismo egresé en junio del año 2000. Con la honrosa excepción del Mtro. Miguel González Quiroga y un par de jóvenes maestros, el resto no investiga ni publica nada. Es decir, sus cátedras son una triste repetición de generación en generación. En cualquier universidad del mundo una cátedra se le otorga a alguien después de una oposición cosa que en la facultad no sucede. Un mismo maestro es capaz de dictar cursos tan disímiles como Prehistoria, Historiografía mexicana y Teoría Económica. Y lo más sorprendente es que no vemos el resultado de su diálogo (con sus alumnos, con bibliografía del tema) en alguna publicación.
La carrera de Historia (y algo muy similar sucede en Sociología, Filosofía y en Letras) no prepara a nadie para ser investigador y mucho menos lo motiva a serlo. Ser instruido y motivado para ser investigador en Historia se torna aún más complicado cuando quienes enseñan difícilmente pueden estar al día en sus disciplinas al ni siquiera dominar una segunda lengua. No hay quién ponga la muestra porque no hay investigadores y los pocos que había se han ido como fue el caso de Mario Cerutti o Verónika Sieglin. El Colegio de Historia no contribuye en nada a refrescar la de por sí grave aridez historiográfica que caracteriza a nuestro Estado. Lo mismo podría decirse del resto de los Colegios.
La tendencia a la apatía por la investigación continúa y el caso de Víctor Barrera es la gota que ha derramado el vaso. A pesar de su corta edad, su currículum como investigador y crítico literario lo avalaban como un prestigioso investigador. No de gratis Víctor ha ganado premios nacionales de crítica literaria, ha sido jurado de prestigiosos premios internacionales como Casa de las Américas en Cuba e investigador invitado del Instituto Iberoamericano de Berlín. Sus trabajos le han valido ganarse un nombre en su disciplina tanto en México como Sudamérica.
Quitarlo de su cátedra, al mes y medio de haber comenzado, con la excusa de que sólo se contratarían maestros con planta es ridícula y evidencia la preponderancia de los compromisos políticos sobre la calidad académica. Esperemos que pronto las más altas autoridades universitarias hagan algo para mejorar el nivel académico de la Facultad.

Alberto Barrera-Enderle

De Genaro SaUl Reyes

En verdad es lamentable la situación por la que ha pasado Víctor Barrera Enderle; pero no es de extrañar en una Facultad que desde hace 10 -diez- años fue arrebatada a la Academia por el en ese tiempo director (o acaso habría que decir dictador) Nicolás Duarte Ortega, y que ahora continúa con quienes están al frente de la misma, que formaron parte del citado Duarte.

Muchas muestras existen de cómo la Academia es lo que menos interesa a quienes están ahora al frente de la Facultad, con sus excepciones, por supuesto, entre las que hay que mencionar a la Coordinadora del Colegio de Letras Mexicanas, Dolores Hernández, quien parece ser la única preocupada por la Academia, pero tal parece que está remando contra el viento en un ambiente que resulta totalmente negado al avance académico, donde importa más apoyar a los jugadores de fútbol que a los alumnos con alto nivel académico; una facultad que se llama humanista y que confunde ese término con humanitarismo y para demostrar su Humanismo se dedica a recolectar víveres y juguetes para Cáritas (lo cual no es negativo de ninguna manera, pero sí resulta lamentable que el llamado sea en pro del humanismo, lo que significa que se desconoce el concepto que rige la Facultad de la cual se es director)

Tampoco es de extrañar que quien haya suplido a Víctor Barrera sea Rosa Ma Gutiérrez. No es la primera vez que esta maestra se comporta como esquirol, pues habrá que recordar que cumplió igual esquirolaje para echar fuera de la Facultad a Erika del Ángel. Tal parece que la historia se repite.

La lucha en pro de la academia en la Facultad de Filosofía y Letras es totalmente agotadora desde hace 10 años. A las máximas autoridades de esta Facultad no les interesa la Academia, y si se hace un recuento de los maestros que han abandonado la Facultad (más lo que han sido despedidos) desde el periodo de Nicolás Duarte se queda uno realmente asombrado.

Es precisamente esa lucha la que me agotó y me obligó a jubilarme a partir del mes de agosto. Definitivamente la Facultad de Filosofía y Letras actualmente no es el lugar idóneo para desempeñarse académicamente a pesar de los esfuerzos de algunos maestros (muy pocos ya, por cierto).

Genaro Saúl Reyes Calderón